El proceso de resolución interior está basado en una secuencia de preguntas específicas que hacen que el yo y su información limitante poco a poco se vaya auto-anulando y den paso a una conexión con nuestro vació interior. El mismo vacío, vacuidad o carencia que sentimos en el interior del pecho frente a cualquier situación o emoción, a la cual llamamos negativa, y que es la raíz principal de todo el conflicto existencial.

A pesar también de tener un alojamiento biológico, dentro de nuestras células, este vacío nace desde una base de separación completamente psicológica. Por ello, es fundamental resolver el conflicto mental que nace por la incapacidad del intelecto al tratar de llenar esta carencia. Una carencia que solo puede ser llenada por el aspecto de nuestra esencia que fue o fueron reprimidos por los límites aprendidos desde la infancia e incluso antes de nacer, como nos explica el afamado biólogo Bruce Lipton.

Todos los pasos de este proceso resolutivo están hechos sobre la base de que no puede existir liberación, si existe un liberado. Por eso este proceso hace que se limpie el camino desde la raíz donde quitamos la resistencia, la separación y nos hacemos uno con el problema, dando paso a que la libertad, la paz y la alegría esencial puedan brotar sin barreras.